Para limpiar los chiles poblanos y evitar que piquen, se deben seguir algunos pasos importantes. En primer lugar, se deben lavar los chiles con agua fresca para eliminar cualquier impureza exterior. Luego, se deben asar los chiles sobre una llama abierta hasta que la piel se vuelva negra y se desprenda fácilmente. Después de asar los chiles, se deben sumergir en agua fría durante unos minutos para que se puedan pelar fácilmente. Al pelar los chiles, se deben retirar todas las semillas y venas blancas, ya que ahí es donde reside gran parte del sabor picante. Por último, los chiles se deben enjuagar con agua fría para eliminar cualquier residuo de piel, semillas o venas y ya estarán listos para su uso.